Empezamos calentando el horno a 180 ºC. en la opción de gratinar.

A continuación, lavamos y secamos muy bien los calabacines. Luego los cortamos en rodajas de 1 cm de grosor.

Extendemos las rodajas en una bandeja apta para horno, las pincelamos con aceite de oliva y salpimentamos por las dos caras.

Después, en una parrilla o sartén bien caliente, marcamos las rodajas de calabacín por las dos caras. Con un par de minutos por cada lado será suficiente. Si la verdura os gusta muy hecha, podéis dejar el calabacín un poco más, aunque luego en el horno se termina de hacer.

Seguidamente, volvemos a extender las rodajas en la bandeja y las cubrimos con un poco de salsa de tomate y un poco de queso rallado.

Llevamos la bandeja al horno y horneamos hasta que el queso se funda por completo y se gratine un poco. No tarda mucho tiempo, 3 o 4 minutos.

Una vez fundido el queso, sacamos la bandeja del horno y espolvoreamos con las hierbas provenzales. Y, ¡listo!