Primero, calentamos el horno a 175 ºC. Calor arriba y abajo.
Después, preparamos los moldes que vayamos a utilizar. Si usamos moldes individuales, lo mejor es colocarlos sobre una bandeja de horno, para moverlos mejor.
Ahora, en el vaso de la batidora, echamos todos los ingredientes, tapamos el vaso y trituramos hasta obtener una mezcla homogénea y sin grumos.
A continuación, repartimos la masa en los moldes. Debemos echar la misma cantidad de masa en cada uno de ellos. No hay que llenarlos hasta arriba del todo, porque se desbordarán al hornearlos. Hay que llenar, como mucho, ¾ partes de su capacidad.
Seguidamente, llevamos al horno y horneamos de 25 a 35 minutos o hasta que al pinchar uno con un palillo en el centro, éste salga limpio. La masa sube mucho durante el horneado, pero una vez que se enfría baja.
Una vez listos los pastelitos de queso mascarpone, apagamos el horno y los dejamos enfriar dentro del horno, con la puerta entreabierta.
Cuando toquemos la bandeja y ya no queme, la sacamos y dejamos que los pastelitos se terminen de enfriar a temperatura ambiente.