¡Muy buenas! Siempre me estáis pidiendo tartas fáciles, en las que no haya que utilizar el horno, y que, con pocos ingredientes, tengamos un delicioso dulce. Pues bien, esta cheesecake con mermelada de zarzamora cumple todos esos requisitos. Y además, tiene una original decoración, muy sencilla de hacer, que la hará irresistible.
Lo más importante en esta tarta fría es utilizar una buena mermelada, porque será la que le dé sabor a nuestra cheesecake. Y si tenéis mermelada casera, entonces ya, la tarta os quedará de lujo.
Cheesecake con Mermelada
Ingredientes para la base
- 180 g de galletas (tipo María)
- 100 g de mantequilla fundida
- [Opcional] ½ cucharadita de canela en polvo
Utensilios para la base
- Un molde desmoldable de 23 cm de diámetro
Ingredientes para el relleno
- 10 g de gelatina en polvo o 9 hojas de gelatina
- 4 cucharadas soperas de agua fría para hidratar la gelatina en polvo
- 125 g de leche
- 500 g de queso crema
- 350 g de mermelada (la mía es de zarzamora, pero podéis utilizar el sabor que más os guste)
- 200 g de nata para montar o crema para batir bien fría
- 60 g de azúcar glas
Elaboración
- Trituramos las galletas con un robot de cocina o golpeándolas con un rodillo, hasta que queden bien molidas. Las pasamos a un bol, añadimos la canela en polvo y removemos. La canela es opcional, yo la pongo porque le da un toque diferente y muy rico a la base de la tarta. Añadimos la mantequilla fundida y mezclamos hasta que se integre. Cuando tengamos una mezcla compacta, la pasamos al molde. Repartimos y vamos presionando para que quede bien lisa y ajustada a la base. Limpiamos los bordes del molde, si se han manchado, tapamos y reservamos en el frigorífico, mientras preparamos el relleno.
- Mezclamos la gelatina en polvo con el agua fría y reservamos unos segundos.
- Calentamos la leche en una cazuela. Cuando empiece a humear, echamos la gelatina hidratada y mezclamos, con unas varillas, hasta que se deshaga. La leche no tiene que llegar a hervir. Retiramos la cazuela del fuego, añadimos el queso crema y removemos hasta que se integre.
- Reservamos 3 o 4 cucharadas de la mermelada para la decoración. El resto, la echamos en la cazuela con la leche y el queso. Mezclamos hasta obtener una crema uniforme. Añadimos la mitad del azúcar, removemos un poco más y reservamos unos segundos.
- Montamos la nata con el resto del azúcar y la añadimos a la mezcla anterior con una espátula y con movimientos envolventes.
- Pasamos la crema de la cheesecake al molde y lo agitamos un poco para que se asiente bien.
- Calentamos en el microondas la mermelada que hemos reservado para decoración. Con una cucharadita, vamos echando la mermelada poco a poco y, con un palillo, vamos haciendo las formas que queramos.
- Una vez lista, tapamos con cuidado de no tocar la superficie, para no estropear la decoración de nuestra cheesecake con mermelada, y la dejamos reposar en la nevera toda la noche.
- Al día siguiente, desmoldamos con cuidado y retocamos los bordes, con una espátula caliente, si es necesario. ¡Y lista!
Notas
- Es importante que la mermelada que vayamos a utilizar para la decoración esté caliente, ya que así, será más sencillo darle forma. Y, cada vez que saquemos el palillo, antes de volver a meterlo, lo limpiaremos.
- En esta tarta no he dejado las galleta tan molidas, como en otras recetas, porque me gusta que queden con un aspecto más rústico y no tan fino.
- Si no os gusta la canela, podéis aromatizar la base de la cheesecake con vainilla.
- Esta tarta debe conservarse en la nevera. Antes de servirla, la sacaremos de la nevera unos 15 minutos antes.
Espero que os haya gustado esta receta de cheesecake con mermelada. Si os animáis a prepararla, podéis compartir vuestras fotos en las redes sociales y etiquetarme para poder verlas.
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Millones de gracias por estar ahí, y hasta la próxima receta :)